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La definición del efecto sorpresa

Durante la fase de desarrollo técnico, los ingenieros de Audi se esfuerzan en perfeccionar la especial experiencia de conducción de los nuevos vehículos eléctricos de Audi.

Texto: Bernd Zerelles - Imágenes: Dirk Bruniecki Tiempo de lectura: 5 min

Primer plano de la carcasa del estátor de un motor eléctrico.
La carcasa del estátor de un motor eléctrico con conductos de refrigeración integrados.

Kay Friedmann está contento. Se baja con una sonrisa del vehículo de prueba: "¡Buah! Esto es exactamente lo que debe sentirse en un Audi. Este es nuestro ADN. Así es como tiene que sentirse la inconfundible experiencia de conducción de un Audi: equilibrada, sólida, controlada, conectada, sencilla y precisa, especialmente si es eléctrico". Kay Friedmann es el director de proyectos de sistemas de tracción técnicos para tres plataformas eléctricas distintas y trabaja en un departamento muy particular. Un departamento que, por primera vez en Audi, se encarga por sí solo del desarrollo completo del tren de rodaje, los motores, la caja de cambios y el acumulador de energía. Y es que la transformación en el desarrollo de vehículos, que va acompañada del salto a la electromovilidad, tiene en Audi una clarísima prioridad: el cliente y su experiencia.

Nuevas estructuras de desarrollo

Hasta ahora, los componentes individuales de los vehículos con motor de combustión, como el motor, el tren de rodaje o los frenos, se desarrollaban por separado para conseguir su máximo rendimiento y luego se coordinaban en el vehículo. Sin embargo, en los vehículos eléctricos los sistemas tienen una mayor dependencia entre sí, lo que debe tenerse en cuenta durante el proceso de desarrollo.

 

Kay Friedmann lo explica de la siguiente manera: "No solo desarrollamos componentes con características excepcionales, sino características del vehículo óptimas, ya que, en un vehículo eléctrico, los sistemas interactúan mucho más entre sí".

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No desarrollamos componentes, sino características del vehículo óptimas."

Kay Friedmann

La experiencia cuenta

En un vehículo de propulsión convencional, los clientes se decantan por una variante de motor determinada, un motor TFSI de 4 cilindros o quizá un modelo V6. En el caso de un coche eléctrico, la mayoría de los clientes no considera decisivo si el vehículo se propulsa mediante un motor asíncrono o un motor eléctrico con excitación permanente. Lo que sí les importa es el conjunto de prestaciones del sistema de tracción. En palabras de Friedmann: "¿De qué sirve construir un motor eléctrico de alto rendimiento si la batería de alta tensión no puede poner toda esta potencia al servicio del vehículo?"

 

Esto también se puede demostrar con otro ejemplo: la interacción entre el sistema de frenado clásico y el comportamiento de recuperación de los motores eléctricos determina el comportamiento de deceleración del vehículo. Como consecuencia, una potencia de deceleración excepcional está directamente relacionada con un comportamiento de avance de excelentes prestaciones.

 

Además, la tracción de dos ejes, común en la gama de altas prestaciones (es decir, un motor eléctrico en el eje delantero y otro en el trasero), abre una gran cantidad de posibilidades para influir en la dinámica de conducción, lo que proporciona a los desarrolladores de trenes de rodaje un mayor grado de libertad para conseguir un comportamiento de conducción óptimo.

 

Estas nuevas cuestiones requieren un enfoque global durante la fase de desarrollo. Para lograrlo, hace tiempo que Audi agrupó el suministro, el almacenamiento y la entrega de energía en una misma unidad de organización. En el futuro, este enfoque se seguirá ampliando, combinando la tracción y el tren de rodaje en un solo ámbito de desarrollo. De esta forma, los sistemas de tracción, dirección y frenado se interconectarán y controlarán de manera inteligente.

Un motor asíncrono conectado en un banco de pruebas.
Un motor asíncrono en el banco de pruebas del tren propulsor. Aquí se comprueba el motor eléctrico con el sistema electrónico de potencia y la caja de cambios. Kay Friedmann: "¿Cómo acelera el vehículo cuando reconoce una señal de salida de población? En el banco de pruebas podemos ajustar este tipo de características".

¿Qué es lo que se siente?

Para desarrollar las características de los vehículos, los equipos interdisciplinarios se basan en las necesidades de los clientes, que luego sirven para definir los objetivos de desarrollo. Es importante que los departamentos de desarrollo muestren a los ingenieros una ruta plausible y que concreten los objetivos mediante casos de uso individuales y criterios especiales.

 

La pregunta principal siempre es la misma: ¿qué siente el cliente en el vehículo? Nos lo cuenta el propio Kay Friedmann: "La valoración de un vehículo ya no solo depende de que acelere de 0 a 100 km/h en cinco segundos. La sensación de conducción del cliente es igual de importante. Por ejemplo, ¿cuál es el gradiente de aceleración? ¿Es lineal, cóncavo o convexo? Es decir, ¿me empuja contra el asiento al acelerar?"

 

La electromovilidad ofrece a los ingenieros un sinfín de nuevas oportunidades. Lo que antes se tenía que implementar de manera mecánica y compleja durante la fase de desarrollo ahora se puede ajustar con enorme precisión mediante reguladores eléctricos. Se podría explicar de la siguiente manera: en un motor de combustión, era fundamental inyectar la cantidad exacta de combustible en la cámara de combustión; en un motor eléctrico, el equivalente sería lograr el control preciso de las fases del sistema electrónico de potencia.

Diversidad de ajustes con solo pulsar un botón

¿Cuándo y cuánta energía recibe el motor, y cómo consigue que se desplace el vehículo? De esta cuestión se encarga otro ingeniero de Audi: Roberth Eichner, responsable de proyectos de prototipos de vehículos y de proyectos de funcionalidad. En su equipo, se prueban y experimentan por primera vez diversas funciones del sistema de tracción. Más en concreto, su cometido es el desarrollo del vehículo prototipo llamado Brutus, del que él es responsable.

 

Brutus es un antiguo prototipo del e-tron de Audi equipado con una amplia variedad de aplicaciones funcionales y tecnologías de medición que permiten activar y desactivar diversas funciones pulsando un botón para experimentarlas en directo. Roberth Eichner: "Esto es lo fascinante de la electromovilidad, el hecho de que podamos activar diversas funciones en este prototipo y modificar como queramos las características del Brutus".

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Hacemos que la electromovilidad tenga emociones."

Roberth Eichner

Por ejemplo, los desarrolladores prueban diferentes características de aceleración que antes se han simulado por ordenador. Los directivos pueden experimentar el despliegue de potencia de un prototipo cuando todavía está en la fase de estudio y el equipo de Roberth Eichner puede probar con total libertad cómo funcionarían sus propias ideas si se pusieran en práctica.

 

Eichner lo tiene claro: "La conducción eléctrica entusiasma a muchos de nuestros clientes, les impresiona la sensación de conducción. Pero la experiencia prémium que Audi quiere ofrecer va aún más allá". Por este motivo, los desarrolladores técnicos trabajan constantemente en perfeccionar nuevas características para los vehículos eléctricos de Audi que sumerjan al conductor en una experiencia aún más emocionante o, en otras palabras, que sorprendan.

Vista trasera del vehículo prototipo Brutus con las puertas y el portón trasero abiertos, por lo que dejan ver el sistema electrónico del maletero sin los revestimientos interiores.
Un Audi Q4 e-tron está cargando en una estación de carga de un aparcamiento. Un hombre camina hacia él sonriendo con la silueta de una gran ciudad de fondo.

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Audi Q4 e-tron: Consumo eléctrico combinado*: 20,1–16,6 kWh/100 km; emisiones combinadas de CO₂*: 0 g/km.
Información sobre el consumo eléctrico y las emisiones de CO₂ en rangos en función del equipamiento del vehículo seleccionado.

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